2020: Never not trying

Amanecer con el sonido de las olas del mar de fondo. Ver el atardecer con un ginebra en la mano a lado de alguien que no conozco muy bien pero quiero conocer realmente.

 

Sentir mucho miedo por ver pelear entre la vida y la muerte a uno de mis hermanos pero saberlo fuerte y decido de seguir aquí a pesar de todos los diagnósticos, amarlo por luchar.

 

Desesperarme todos los días porque mi madre hace mucho ruido, porque no escucha lo que le digo pero ese sentimiento se desvanece cuando finalmente veo su rostro sonriente todos los días desde febrero, aceptar que tenerla cerquita es privilegio. Ya volveré a mi, a mi espacio, a mi soledad.

 

Marchar a lado de mi hermana y mis amigas junto a miles de mujeres hartas de la violencia en el país, de la desigualdad, de la injusticia, sentirme fuerte. Tener a mi hermana siempre cerquita y a un lado es mi zona de comfort, disfrutar haciendo todavía lo que nos gusta.

 

Esa sensación en el estómago cuando sabes que estás tomando una decisión apresurada pero que será una experiencia de la que querrás recordar cada detalle. Ser honesta con intenciones y emociones, decirle al que me gusta que me gusta. Aceptar el rechazo, no soy yo, son ellos. Escuchar de nuevo todas las canciones favoritas en vivo, esperar cada jueves para sentir al menos en el corazón que estoy en el concierto de mi banda favorita. Comprar las bocinas correctas para escuchar mis canciones favoritas una y otra vez. Dedicar listas de canciones sin decirte que son para ti. Desayunar con las personas que quiero mucho o estoy empezando a querer, hacerlos sentir cómodos y bienvenidos, hace mucho que no hacía amigos nuevos. Mandar a hacer un pastel de cumpleaños, esperar con la misma emoción que siempre cumplir años. Sentirme amada y querida a pesar de la distancia. Que me lean en voz alta, entender las palabras y darles sentido.

 

Rentar un carro y escapar un poco, darme cuenta que escogí grandes personas para ser mis amigos, para quererlos y que me quieran, así como son así, como soy. Jugar con mis amigos. Arte, o mas bien, el arte que hicieron mis amigos. Seguir teniendo citas para películas a la distancia, reforzando nuestras fuentes de inspiración, dirigir a la distancia, crear a la distancia. Enojarme hasta el punto del llanto con alguien que apenas conozco pero al mismo tiempo sentirme con la confianza de decirlo y aclarar las cosas, sentir por primera vez celos. Estar cómoda conmigo, aceptar los años, aceptar el cuerpo, dejar de compararse, agradecer estar viva y sentir. Esperar con ansiedad y emoción un mensaje, compartir comidas, tiempo.

 

Volverme la tía favorita de Max, tratar de entender su energía y sus ganas de ver el mundo que le tocó vivir. Sentir mas cercana a mi familia, reírnos mucho quejarnos menos. Ser honestos. Querernos mucho.

 

Comprar floreros y llenarlos de flores cada semana. Poner mis discos nuevos y viejos, darles vuelta y repetir canciones una y otra vez, mientras me preparo uno de esos tragos que aprendí viendo tutoriales en instagram y youtube.  Karaoke a solas.

 

Horas exhaustivas de trabajar en casa, después regresar temerosa a una nueva normalidad pero agradecer estar ocupada y volver a una rutina, saber que hay cosas que no tengo control y trabajar mas la paciencia, ser empática, sentirme afortunada por tener a lado un equipo de trabajo que también son amigos, dejarme chiquear. Realizar a pesar de todo la feria Biombo, sentir euforia inexplicable cuando terminó, editar una publicación de ilustración y poesía, esperar con ansias verlo impreso.

 

Ser parte de exposiciones y proyectos con mis dibujos, recibir dinero por mis dibujos, comprarme una sala y sentir que soy adulta. Revivir el espíritu de Dear Deer, hablar de la experiencia y el aprendizaje a las nuevas generaciones, whatever that means.

 

Entre meses de horribles noticias, esperanzas frustradas y puñetazos de realidad, estas cosas que aquí escribo y que aparentan ser pequeñas y cotidianas, se han convertido en extraordinarias y me han dado un año para estar agradecida, placeres fugaces, simples pero maravillosos.

 

Arriesgarse, planear menos, estar presente.